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Omar Borrero

Invasión de golondrinas afecta al sistema eléctrico en El Vigía


Desde el año 2010 se presentó la primara migración de aves pertenecientes a la especie de golondrinas de río (Progne Tapera Fusca), provenientes del sur del continente americano, en las instalaciones de la Subestación Vigía I, 115/34,5/13,8 kV, con el propósito de utilizar dichas estructuras y equipos como espacio de pernocta. Desde entonces se ha venido repitiendo durante los últimos años la visita de estas aves migratorias, también conocidas como golondrinas pardas, durante los meses de mayo hasta noviembre, lo cual se ha convirtiendo en un problema de carácter operativo para CORPOELEC, ya que los equipos de la subestación referida se han contaminado con grandes cantidades de excremento producidos durante su permanencia. Por tratarse de una especie en peligro de extinción y por el compromiso del gobierno nacional con el cuidado y conservación del medio ambiente, en concordancia con el resguardo de los recursos naturales del país y sobretodo, en cumpliendo con la Ley de Diversidad Biológica, CORPOELEC se encuentra buscando la mejor solución al problema, mediante la implementación de métodos no depredadores o de exterminio, para lograr el retiro definitivo de las aves. Las aves que nos visitan Provienen del norte de Argentina y del sur de Brasil y Uruguay, ya que al llegar el invierno migran al norte del continente en busca de condiciones favorables para su hábitat, encontrando en Venezuela, Colombia y Panamá el mejor ambiente para su desarrollo como especie. En el caso de nuestro país, se ha podido registrar su presencia en Margarita; Delta Amacuro; Lara; Zulia, Portuguesa; Trujillo; Bolívar y Mérida, específicamente El Vigía, municipio Alberto Adriani, en las instalaciones de la Estatal CORPOELEC antes referida. El jefe de la División de Ambiente Región Los Llanos, Jhoan Cuevas, adscrito a la Gerencia Regional de Ambiente Seguridad e Higiene Ocupacional (ASHO) de CORPOELEC, en apoyo a Mérida para el caso de la invasión de golondrinas a la subestación Vigía I, explica el comportamiento de estas aves, causantes de las principales fallas y averías que se registran en horas nocturnas para la zona panamericana. “Estas golondrinas llegan al final del atardecer, cerca de las 7:30 p.m, para dormir, posadas en todas las estructuras de la subestación, ya que su instinto de conservación las lleva a agruparse en bandadas. Durante su permanencia defecan y estos excrementos contaminan los equipos produciendo considerables fallas en el sistema eléctrico” destacó. “En cuanto a su tamaño, son aves que miden 15 centímetros aproximadamente y son capaces de consumir el doble de su peso en alimento, el cual excretan durante toda la noche sobre los espacios de la subestación, formando grandes masas de materia altamente contaminante, que al tener contacto con la lluvia genera arcos eléctricos, que disparan los diferentes circuitos que suministran energía a las comunidades en El Vigía y zona panamericana”. A través de estudios y la observación directa, se han podido conocer sus costumbres y hábitos de alimentación, que consiste en recorrer la zona Sur del Lago por las riveras del Río Chama, las ciénagas adyacentes al Lago de Maracaibo y el embalse de Onia, donde consumen los insectos, que terminan por convertirse en diez toneladas de excremento, que dejan caer sobre la subestación Vigía I, durante su estadía anual. Trabajo en Equipo CORPOELEC conformó en Mérida un comité de trabajo integrado por la Gerencias de Comercial y Distribución; Transmisión Regional; División Estadal de Operaciones y Mantenimiento de Subestaciones y Líneas; Departamento Estadal de Ambiente Seguridad e Higiene Ocupacional, Prevención y Protección; División de Talento Humano; Comunicaciones y Automatización Tecnológica de la Información y Telecomunicaciones, además del asesoramiento por parte del Laboratorio de Ecología Animal de la Facultad de Ciencias de Universidad de Los Andes (ULA), la UCV y la UNEFA, con la finalidad de buscar la solución más viable al caso. Actualmente existen múltiples propuestas, todas de carácter natural no invasivas para las aves, dentro de las cuales se destaca el Control Biológico mediante un macerado elaborado con hojas de dos especies de árboles, para producir un repelente con desagradable olor sin causarles daño mortal. También se está proponiendo la instalación de aparatos sonoros de baja y alta frecuencia, así como la reproducción de los sonidos de sus depredadores naturales como los Búhos, aunado a una especie de espanta pájaros mecánico en forma de Búhos que se mantengan en movimientos giratorios, buscando alguna alternativa para repeler a las golondrinas invasoras. Finalmente también se está estudiando una alternativa que consiste en la colocación de una malla de polietileno, además de construir una estructura similar a la subestación de manera contigua, para desviar a las golondrinas a lo que podría llamarse coloquialmente una “falsa subestación”, donde pudieran pernoctar sin causar daños al Sistema Eléctrico. Entre Tanto… CORPOELEC continúa haciendo esfuerzos con su personal todos los días, para mantener operativa al 100% la subestación afectada por esta invasión de golondrinas, donde los operadores tienen que hacer uso de implementos extras de seguridad, para realizar las maniobras externas a la sala de mando, exponiendo muchas veces sus vidas, cuando se producen las explosiones de los diferentes equipos y componentes energizados en alta tensión. Esta situación, totalmente anormal y sin mayores precedentes afecta el buen funcionamiento del sistema eléctrico en la región, generando pérdidas de energía aprovechables para la población, además de comprometer la seguridad e higiene laboral dentro de los espacios de la subestación Vigía I, la cual se encuentra seriamente contaminada por el excremento de estas aves migratorias, esperando conseguir lo antes posible una solución definitiva enmarcada en el bienestar del pueblo, los trabajadores y las golondrinas.


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