El diputado (AN), Williams Dávila Barrios, lamenta que esta “veinte única” visita que en 17 años Diosdado Cabello dispensa a Mérida, sea para generar sólo inmensos gastos a la ya paupérrima economía del país, al hacerse acompañar por todo un séquito de escoltas y un nutrido grupo del personal de VTV, para transmitir toda una catajarra de mentiras e insultos, donde se le advierte graves síntomas paranoicos hacia su persona, oportunidad que debió aprovechar para tratarse con excelentes galenos con que cuenta Mérida en esa área, y de paso conocer “in situ” la situación que padece el principal centro asistencial de la región. Ojalá, expresó el parlamentario, esta visita Cabello la hubiese aprovechado para conocer porqué no solo el Hospital Universitario de Los Andes, sino toda la salud en el estado se encuentra en tan precarias condiciones, a las que tampoco escapan carreteras, edificaciones escolares, la inseguridad, entre otras. Porque “su robo ilusión” convirtió a toda una nación y en este caso Mérida, en pordioseros y mendigos no sólo de comida o medicina, sino de valor, donde cada día hombres y mujeres son pisoteados en su dignidad, soportando colas de días enteros para poder adquirir un simple paquete de arroz o harina de maíz y evitar que su familia muera de inanición. Viene con la amenaza de despedir merideños Es indignante que utilice los espacios del recién reinaugurado teleférico Mukumbarí, obra que pertenece a todos los merideños, para en toda su perorata amenazar a los trabajadores que allí laboran con despedirlos, si alguno aparece firmando el referéndum revocatorio, “ya basta que siga gobernando esta oligarquía que pretende controlar todo los recursos que son del país y del pueblo... que se creen los únicos poseedores de la verdad y que los demás son unos antipatriotas…” agregó Dávila.
Con respecto a los ataques contra su persona, Dávila Barrios, recordó una máxima del premio Nobel de Literatura ruso Alexander Solzhenitsyn, “en nuestro país la mentira se ha convertido no sólo en una categoría moral sino en un pilar del Estado", rematando con “los rumores son llevados por hipócritas, difundidos por tontos y aceptados por idiotas”, mucho de lo que dice en cada segmento de su show personal, con su risita mecánica, forzada, se convierte en un chiste que solo causa gracia obligada a él y los empleados de VTV que lo acompañan en su payasada, tal como lo demostró el pueblo venezolano el pasado 6D. Guerra psicológica Finalmente insistió el diputado Williams Dávila, “debemos ser fuertes y estar preparados para soportar estos ataques cobardes, que solo intentan sembrar dudas en el pueblo para desmotivarlo y que piense que no hay nada que hacer“. Esta es una guerra psicológica despiadada, dirigida a que se pierda la fe y la esperanza, se desconfíe en el trabajo arduo, honesto y eficiente de los dirigentes y miles de voluntarios que revisaron y organizaron las firmas del revocatorio, pero que nadie se deje engañar por estos delincuentes de cuello rojo, por el contrario, ser fuertes y jamás rendirse en esta lucha para rescatar Venezuela, insistió el parlamentario merideño.