No es un secreto que el país anda mal. Ello provoca una actitud de desesperanza, de frustración, de rabia. A ello contribuye el discurso agresivo, insultante, responsabilizando de los males a “otros”, y dando la sensación de que todo anda muy bien, repartiendo y ofreciendo más que Papá Noel. No falta la paralización y el miedo que producen la inseguridad y la violencia desatada. Así se busca exacerbar las emociones para actuar irracionalmente: de uno y otro lado aparecen los fanáticos creando un clima que imposibilite la reconciliación.
Toda la familia venezolana necesita urgentemente reencontrarse. No somos enemigos, no somos miembros de un bando que no tiene otro camino sino eliminar al bando contrario. No. Somos y debemos seguir siendo una sociedad plural, con distintos puntos de vista, pero con la firme voluntad de encontrar puntos comunes, de encuentro, que nos permitan caminar juntos y construir un mundo con futuro para todos.
Es nefasto a todos los niveles acaparar los poderes en una sola persona o grupo. Si en la casa, en la oficina, en el liceo o la universidad, en la iglesia o en la calle se hace lo que yo digo porque yo soy el guapo y apoyado, el que tiene la sartén por el mango, estamos fritos. Seguro que sobran los ejemplos que cualquiera de nosotros puede recordar. No hay nada más desagradable que estar en un grupo conversando y que haya alguien que por sabelotodo no le da chance a nadie.
El 6D es una oportunidad de oro para enrumbar al país por el camino del diálogo, del entendimiento, del respeto. No es una tarea fácil pero posible. Sin odios, sin rencores, con el bien común por delante, asumamos la jornada electoral de modo positivo y comprometido. Siguiendo a Mons. Ovidio Pérez Morales pongamos en marcha estos cinco elementos: primero, oración: si el Señor no construye la casa en vano trabajan los constructores. Segundo, voto. Acudamos a votar. Se trata de escoger entre lo totalitario y lo democrático. Tercero, entusiasmo. Con aires de compartir, de encuentro colectivo. Cuarto, fortaleza. Con lucidez, vigilancia y entereza, participando de modo responsable. Quinto, trabajo. El 6D es el inicio de un proceso no acabado de apertura.
En nuestras manos está el futuro. Se inaugura un tiempo muy exigente porque la economía, el entramado social y los tentáculos del poder están plagados de un cáncer que hay que corregir. En paz, con coraje y constancia se puede lograr. Venezuela es y debe ser “la casa común”.
46.- 10-11-15 (2532)