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La Crónica - Héctor Velázquez - Mejía
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Cine histórico: “J. Edgar”

Héctor Velázquez - Mejía / Mayo, 06 - 2016

 

John Edgar Hoover fue el primer director de la Oficina Federal de Investigación de Estados Unidos, más conocida como la FBI. En 2011, el actor-director Clint Eastwood se encargó de llevar la vida de Hoover al cine bajo el título de J. Edgar. Y para este difícil papel contó con un meritorio y muy transformado Leonardo DiCaprio. Edgar Hoover fue nombrado director de la Oficina de Investigación, predecesora de la FBI, en 1924; y en 1935 jugó un decisivo papel en la fundación de la FBI donde permaneció como Director durante treinta y siete años hasta su muerte en 1972.


John Edgar Hoover nació el 1 de enero de 1895, en Washington, DC, la capital del país; y murió también en Washington el 2 de mayo de 1972, a la edad de 77 años. A Hoover se le atribuye la modernización de la FBI con el uso de nuevas tecnologías para labores policiales, haber creado archivos de huellas digitales y laboratorios forenses. Pero, otra de las facetas más recordadas de este dirigente fue la de su lucha contra criminales como John Dillinger, de la mafia y el crimen organizado, especialmente durante la Ley Seca.


En sus últimos años al frente de la FBI y después de su muerte, J. Edgar Hoover se convirtió en una figura polémica; y sus críticos lo acusaron de extralimitarse en sus funciones, luego de salir a la luz pruebas de sus actividades secretas.
Hoover utilizó a la FBI para perseguir y acosar a disidentes y activistas políticos durante el macartismo, las protestas contra la guerra de Vietnam, o los movimientos a favor de los derechos civiles, además de acumular archivos secretos sobre la vida de numerosos líderes políticos, y obtener pruebas mediante procedimientos ilegales.


J. Édgar Hoover acumuló tanto poder como para intimidar y amenazar a los ocho presidentes con los que convivió desempeñándose como director, en este orden, Calvin Coolidge, Herbert Hoover, Franklin Delano Roosevelt, Harry S. Truman, Dwight D. Eisenhower, John F. Kennedy, Lindon B. Johnson y Richard Nixon. Varios de ellos intentaron destituirlo, eso sí, sin ningún éxito.


El presidente, Harry S. Truman, por ejemplo, acusó a J. Edgar Hoover, de transformar a la FBI en una policía secreta privada, llegando a declarar que, y aquí citamos palabras textuales “no queremos una policía secreta o Gestapo. La FBI está avanzando en aquella dirección. Está interviniendo en escándalos sexuales y usando el chantaje”. [Truman aseguró igualmente que Hoover daría su ojo derecho para aferrarse al cargo y que todos los miembros de la Cámara de Representantes y los Senadores le tenían miedo.] Tras su muerte, Estados Unidos limitó el tiempo máximo que una persona puede ejercer como director de una entidad tan importante como la FBI. 

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