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La Crónica

Con Héctor Velázquez Mejía desde Nueva York

La Crónica - Héctor Velázquez - Mejía
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En México, expertos en asuntos jurídicos y funcionarios gubernamentales discrepan sobre la conveniencia del nuevo sistema de justicia penal

Héctor Velázquez - Mejía / Junio, 21 - 2016

 

Hay un importante cambio en la ley penal en México. Algunos analistas consideran que la iniciativa judicial pretende poner fin a la corrupción. Pero, según varios expertos, con el nuevo sistema habrá más violencia e inseguridad en el país. Ante la crisis de inseguridad que padece la república, el Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto modificó el sistema de justicia penal y comenzó un nuevo modelo, que se supone acabará con la corrupción y logrará la reparación del daño en el 45 por ciento de los delitos, según el mandatario “para brindar a la sociedad una justicia más cercana, transparente y eficaz”.

Lo que quiere combatir el Poder Ejecutivo de México es la práctica de la tortura por parte de la Policía y el Ejército. En meses recientes se han dado a conocer distintos videos que evidencian esa práctica. En uno de los videos se observa cómo introducen agua mineral en la nariz de un hombre, le cubren con plástico la cara con la intención de quitarle la respiración y finalmente lo sumergen en un inodoro inmundo. Historias como ésa cada vez son más comunes en México.

Con este cambio en la ley se iniciarán los juicios orales. Se pretende que los casos se resuelvan a través de mediación, que exista un Ministerio Público Orientador y que se establezcan los derechos básicos de los acusados como la presunción de inocencia. En opinión del abogado penalista José Ortega, esto será contraproducente para el país. “Las víctimas van a seguir con su dolor sin recibir justicia de nuestras instituciones; y ese desequilibrio puede llevar al país a la debacle”, advierte Ortega.

Ciudadanos como Fernando, consideran que esta reforma es necesaria aunque insuficiente. Según Fernando, lo más importante es que la sociedad vuelva a confiar en el Estado, panorama que ve como muy alejado de la realidad. “Está bien pensado pero mal aplicado, y con mucha precipitación”, afirma.

Algunos expertos opinan que el desafío de mejorar los juicios y encarcelar a los culpables es enorme; y para su verdadero cumplimiento tendrán que pasar años, por lo que ahora el nuevo sistema penal es visto solamente como algo teórico.

De acuerdo con informes de asociaciones civiles, tres cuartas partes de los homicidios perpetrados en México se quedan sin resolver. Los verdaderos culpables quedan en libertad y en su lugar resultan castigadas personas inocentes. Se estima que en el noventa por ciento de esos casos las confesiones fueron obtenidas por medio de torturas.

[El nuevo Sistema de Justicia Penal en México entró en vigencia luego de ocho años de intensa labor para dar cumplimiento a la reforma constitucional publicada en el Diario Oficial de la Federación el 18 de junio de 2008, que sentó las bases para establecer un nuevo modelo de impartición de justicia en el país. Sin embargo no todo serán juicios orales porque el proceso contempla otras medidas de solución de conflictos, como la justicia alternativa o los procesos abreviados]. Ahora un caso bajo el nuevo Sistema de Justicia Penal puede empezar de dos formas: con la presentación de la denuncia o querella y con detención del imputado en flagrancia, es decir cuando se está cometiendo el delito. El caso termina hasta la audiencia de explicación de sentencia, en la cual el juez determina si el imputado es inocente o responsable de haber cometido el delito. [En el nuevo modelo se le nombra imputado a la persona que en un proceso penal es señalada como probable autora de un delito].

Dentro del proceso penal del nuevo Sistema de Justicia existen tres etapas y cada una es supervisada por un Juez distinto: Investigación, Etapa Intermedia y el Juicio Oral.

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