top of page

La Crónica

Con Héctor Velázquez Mejía desde Nueva York

La Crónica - Héctor Velázquez - Mejía
00:00 / 00:00
Activistas pro derechos civiles y líderes religiosos exigen a las autoridades de México y Estados Unidos que velen por los inmigrantes

Héctor Velázquez - Mejía / Junio, 01 - 2016

 

El aumento en el tránsito de indocumentados desde Centroamérica hacia Estados Unidos ha hecho que los países situados a lo largo de esa ruta militaricen las fronteras. Organizaciones defensoras de los inmigrantes dicen que esa situación ha llevado también a un aumento en la violación de los derechos humanos de quienes emprenden el viaje.


Con el tiempo la migración se ha convertido en una cadena de sufrimientos y violencia, según denuncian activistas y personas que son deportadas. Cada vez más organizaciones condenan el carácter masivo que han adquirido las deportaciones desde Estados Unidos y México, a lo que se ha sumado la creciente militarización de las fronteras en toda la ruta, especialmente del inmigrante centroamericano. Mario Verzeletti, director de la Red Internacional de Migración Scalabrini (SIMN) por sus siglas en inglés, asegura que los inmigrantes viven en una constante vulnerabilidad. “En el país de origen, en el país de tránsito, en el país de destino al cual ellos sueñan llegar, realmente no les dan oportunidades, son torturados, masacrados por las políticas de los estados”.


Los centros de detención son una muestra. De acuerdo con defensores de los inmigrantes, en los de México se han reportado varias muertes; y en los de Estados Unidos, los cuartos son tan fríos, como constantes son las intimidaciones para firmar peticiones de deportación que vulneran derechos civiles y el debido proceso. Concretamente, Mario Verzeletti denunció tres muertes de migrantes que se han dado en los primeros cinco meses en la Estación Siglo XXI en Tapachula, México. Verzeletti tachó de “sinvergüenza” la política que Estados Unidos está aplicando a los inmigrantes e hizo un llamado a los  gobiernos de Centroamérica para que no sean “indiferentes ante las muertes y violaciones de los derechos de los inmigrantes”.


Carmela Gibaja, activista pro inmigrante, y miembro de la Comisión de Justicia y Paz e Integridad de la Conferencia de Religiosos y Religiosas de El Salvador (JIPC-CONFRES), asegura que la militarización de la frontera implica la existencia de un mayor control. “Y por supuesto, pensamos que también puede haber una mayor violación de los derechos humanos”, afirma Carmela Gibaja. “El hecho de la privación de la libre circulación es ya una violación”, agrega.


En cuanto a la militarización de las fronteras, exhortan a las autoridades a que “valoricen” el CA-4. Este instrumento regional es un “mecanismo de integración” para la libre movilización de El Salvador, Honduras, Guatemala y Nicaragua.


La reciente visita del Secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jeh Johnson, al triángulo norte centroamericano, no hizo más que confirmar la dura realidad. Johnson advirtió que las fronteras de Estados Unidos están cerradas para la inmigración irregular. Añadió que se deben endurecer las leyes de inmigración y que la deportación es prioritaria. El Gobierno de Washington sostiene que las deportaciones deben continuar para disuadir a nuevos inmigrantes. Sin embargo, un trabajo de investigación hecho por la universidad de Vanderbilt en Estados Unidos, señala que la dureza del trato no es suficiente para convencer a la mayoría de inmigrantes a que no emprendan el trayecto.

bottom of page