top of page
La Crónica - Héctor Velázquez - Mejía
00:00
Un joven mexicano oriundo de Michoacán, es el primer indocumentado que recibe una licencia para ejercer como abogado en Estados Unidos

Héctor Velázquez - Mejía / Febrero, 2016

 

En Estados Unidos, un mexicano que fue indocumentado y ahora ejerce como abogado, pone de relieve, gracias a su éxito académico y profesional, las contribuciones que los inmigrantes siguen haciendo a la economía del país aunque algunos políticos los califican como una carga financiera y un riesgo. Hablamos de Sergio García, quien llegó a Estados Unidos procedente de México sin sus documentos en regla pero con la idea fija de superarse y así logró cursar los estudios universitarios que le permitieron  obtener el título de abogado en 2009.

 

Para Sergio García el camino ha sido largo y escabroso. Luego de terminar los estudios de Derecho, aprobó los exámenes para obtener la licencia de abogado. Sin embargo, su alegría duró poco. La licencia no era válida porque al ser indocumentado, Sergio García no podía recibir una licencia profesional en virtud de la famosa Proposición 198, que prohibía a los inmigrantes indocumentados recibir beneficios públicos por parte del Estado. El jueves 2 de enero de 2014, luego de cuatro años de campaña y batallas judiciales, García fue admitido como abogado en California, después de que la Corte Suprema de ese estado falló a favor del inmigrante.

 

El tribunal supremo tomó la decisión luego de que el 1 de enero entrara en vigor una medida firmada por el gobernador Jerry Brown que faculta a los inmigrantes indocumentados para ejercer la abogacía en California. Ahora, fruto de su esfuerzo, tiene un bufete mediante el cual ejerce su profesión en la localidad de Chico, en el norte del estado de California. “Gracias a Dios, este año vamos a estar pagando casi cincuenta mil dólares en impuestos, tanto al gobierno federal, que se opuso a que yo obtuviera mi licenciatura, como al gobierno de California”, dice con orgullo Sergio García”. El abogado, oriundo del estado mexicano de Michoacán, afirma que donó otros cincuenta mil dólares a instituciones benéficas, en particular las dedicadas a la educación. Agrega que divulga eso, no por presumir, sino para demostrarles que están equivocados quienes acusan a los inmigrantes de ser una carga. Señala que ése era precisamente uno de los argumentos en su caso, cuando libraba su batalla legal. “Yo les decía, suéltenme las manos, permítanme realizar mi potencial”.


Sergio García agradece el apoyo que recibió de la Asamblea Legislativa de California y del propio gobernador del estado, Jerry Brown. El caso de García dio paso a la Ley SB 1159, según la cual, quienes reúnan los requisitos, pueden obtener su licencia para ejercer prácticamente cualquier profesión aunque sean indocumentados. Eso, según el abogado michoacano, podría extenderse a todo el país con la aprobación de una reforma migratoria como resultado de la cual ganarían todos porque los indocumentados, mientras esperan regularizar su situación, podrían ejercer sus profesiones, aumentarían sus contribuciones al fisco nacional y fortalecerían la economía de la nación.


Sergio García, quien desde el año pasado disfruta de la residencia permanente, afirma que los dirigentes políticos y las otras personas que critican a los inmigrantes en Estados Unidos deberían fijarse en estos ejemplos. 

La clase media se está haciendo cada vez más pequeña en Estados Unidos

Héctor Velázquez - Mejía/Febrero - 2016

 

Durante décadas la clase media ha sido el motor que impulsa a Estados Unidos. Pero, recientemente los salarios estancados y el alza en el costo de la vida han venido a redefinir quiénes componen este segmento socio económico. De acuerdo con un estudio del Centro de Investigaciones PEW, la clase media está perdiendo terreno en Estados Unidos y ahora conforma menos de la mitad de la población: 49.9 por ciento en 2015, a diferencia del 61 por ciento en 1971, es decir, la clase media se está encogiendo. El economista José Gabilondo indica que la clase social no la determina sólo el ingreso y hay que considerar la riqueza. Señala como ejemplo que dos personas pueden tener ingresos de cincuenta mil dólares por concepto de sueldos pero una a lo mejor recibió una herencia y la otra no. Entonces, según Gabilondo, esas dos personas que ganan el mismo sueldo realidades económicas absolutamente distintas.


El estudio también refleja una creciente desigualdad de ingresos. Quienes se han apartado de la clase media, en su mayoría han pasado a clases más altas y otros a clases más bajas. Según José Gabilondo, cada vez es más grande la diferencia entre la cúspide y el punto más bajo. Pero la situación en el medio es más precaria. En Estados Unidos las clases sociales son cambiantes y más difíciles de definir porque existe la cultura de la esperanza de que trabajando arduamente se alcanza la superación. Y otros simplemente pueden ubicarse en una clase a la que no pertenecen: los de la clase baja por cuestiones de orgullo dicen que son de clase media; y los de la clase alta hacen lo mismo pero por astucia y con otro propósito porque no quieren llamar la atención por su riqueza. Otro dato interesante del estudio del centro PEW es que en los últimos cuarenta años, la riqueza de la clase media ha aumentado solo un dos por cinto mientras que la riqueza de las familias de clase alta se ha duplicado.
 

bottom of page