Medicina y salud: la aspirina: una “bala mágica”

Héctor Velázquez - Mejía /Julio, 04 2016

 

 

La aspirina, el ácido acetil-salicílico, sigue siendo una herramienta fundamental en la prevención de la primera o segunda causa de muerte en el mundo desarrollado: la cardiovascular. Pero continúa siendo un reto la prevención de las enfermedades oncológicas, es decir, el cáncer, con fármacos. Hace tiempo que los datos aparecidos en los estudios de prevención cardiovascular apuntaban a una reducción en la cantidad de tumores en los pacientes que utilizaban aspirina. Numerosos trabajos han señalado la reducción de la mortalidad por cáncer en esos pacientes, sobre todo en los tumores del aparato digestivo, así como en próstata y en mama. Las propiedades analgésicas y anti-inflamatorias del ácido acetil-salicílico son parecidas a las de otros anti-inflamatorios no esteroídicos. El ácido acetilsalicílco es utilizado en el tratamiento de numerosas condiciones inflamatorias y autoinmunes como la artritis juvenil, la artritis reumatoidea, y la osteoartritis. Por sus propiedades antitrombóticas se utiliza para prevenir o reducir el riesgo de infarto de miocardio y de ataques transitorios de isquemia. Durante la mayor parte del siglo XX, la aspirina fue utilizada como analgésico y anti-inflamatorio, pero a partir de 1980 se puso de manifiesto su capacidad para inhibir la agregación plaquetaria, siendo utilizada cada vez más para esta indicación. Más recientemente se ha demostrado que el tratamiento crónico con ácido acetilsalicílico (más de 10 años) reduce el riesgo de cáncer de colon. Se sabe hoy día que la aspirina posee propiedades anti proliferativas. La aspirina, de cuyas cualidades medicinales ya se tenían noticias en los textos de Hipócrates cuatro siglos ante de Cristo, continúa demostrando su valor terapéutico. (Enero, 20 - 2016)