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La Crónica - Héctor Velázquez - Mejía
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En Estados Unidos la brecha salarial entre hombres y mujeres sigue siendo amplia y las hispanas lo sufren

Héctor Velázquez - Mejía / Abril, 14 -  2016

 

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, designó el 12 de abril como el Día de la Equidad Salarial en el país. 12 de abril es el día en el que una mujer alcanzaría los ingresos anuales de un hombre que hace exactamente el mismo trabajo. En otras palabras, una mujer debe haber trabajado todo el 2015 más tres meses y doce días del 2016 para que su salario anual sea el mismo que el de un hombre. Esto si la mujer es blanca. En caso de que sea de raza negra o afro estadounidense, necesitaría todo el 2015 y hasta el 25 de agosto de 2016 para alcanzar el salario anual de un hombre blanco. Si es hispana la disparidad es todavía mayor: debe esperar hasta el próximo 1 de noviembre. Estamos hablando de un año y once meses. Hesly Centes vivió esa realidad cuando trabajó como cajera en una tienda de Los Ángeles. “Teníamos las mismas horas de trabajo pero nos pagaban menos. Ya cuando uno entra en confianza con los compañeros dicen que ellos ganan más”, afirma la señora Centes.


En 1964 las mujeres ganaban un 41% menos que los hombres. En el 2014, 50 años más tarde, la diferencia solo se redujo en un 20%, pues ahora las mujeres ganan en promedio un 21% menos. Este porcentaje se traduce así: por cada dólar que gana un hombre, una mujer blanca gana 79 centavos. Las mujeres hispanas en Estados Unidos ganan solo cincuenta y cuatro centavos por cada dólar que recibe un hombre blanco haciendo exactamente el mismo trabajo. “Eso debe cambiar”, dice Vilma Pérez, quien también se ha sentido discriminada en Los Ángeles y pide que haya igualdad salarial entre hombres y mujeres “porque los trabajos son pesados e incluso uno a veces hasta se lastima en trabajos duros”.


Esta práctica sigue ocurriendo en todos los niveles y fue calificada como injusta por el presidente, Barack Obama. “El pago equitativo por el mismo trabajo debería ser un principio fundamental de nuestra economía”, dijo el mandatario. La idea es que no importa si se trata de una maestra, una ejecutiva, una jugadora de fútbol o de tenis, el trabajo debería ser remunerado igualmente sin importar si lo realiza un hombre o una mujer.


Hay quienes piensan que una manera de terminar con esta desigualdad en los sueldos es mediante la transparencia, es decir, que las empresas digan abiertamente cuánto les pagan a los hombres y cuánto a las mujeres. Algunas compañías grandes como Amazon o Intel, por ejemplo, ya están tomando una postura más transparente. Pero todavía, un sesenta por ciento de las empresas en Estados Unidos no revelan los datos de pagos de sus empleados.


Por su parte, la precandidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, le hizo un llamado al Congreso para que apruebe una iniciativa llamada “Paycheck Fairness Act”, algo así como “Proyecto de Equidad en los Salarios”, que, de convertirse en ley, evitaría que los patronos despidan a quienes preguntan cuánto ganan sus compañeros. La ex primera dama también manifestó que es necesario que haya mayor concientización sobre este asunto.

 

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